lunes, 21 de enero de 2008

Del conocimiento a la toma de conciencia

Por Michel Odent.

Homo Ecologicus
Preguntas para nuestro tiempo

 
La “Cientificación del amor” se desarrolla en la época cuando ciertos comportamientos destructores, incluidos los comportamientos autodestructores son de actualidad. Los suicidios de los adolescentes, las toxicomanías la criminalidad juvenil y otras formas de violencia son hoy en día las causas mayores de invalidez entre los que nacen en el curso de los últimos decenios del siglo XX.

La “Cientificación del amor” coincide también con una repentina toma de consciencia de la vulnerabilidad de la Tierra. La toma de consciencia ecológica a sido inducida por una acumulación de síntomas de sobrecarga planetaria. Ninguna persona puede ignorar las alteraciones de la composición de la atmósfera, el calentamiento del planeta, la alteración de los climas o las modificaciones de la capa de ozono. Todos nosotros sabemos que ciertos recursos están en vía de extinción, en particular en el dominio de las energías fósiles. La palabra “desertificación”, como muchas palabras que utilizan el sufijo “-ación” han ingresado en el vocabulario corriente. Han desaparecido numerosas especies de animales y de vegetales o están en vía de extinción. La contaminación de las cadenas alimentarias terrestre y marina deben ser constantemente reevaluadas.
Hoy en día todos tenemos en nuestro cuerpo centenas de substancias sintéticas que no existía hace 50 años. Muchas de entre ellas son substancias policloradas liposolubles que tienen un vida larga y que se acumula en el curso de los años en los tejidos adiposos (ciertas familias son bien conocidas, tales como los PCBs (Bifenilos Policlorados), las dioxinas, los furans (oxido de divinilo), los PCDDs (Dibenzo dioxinas policlorados, etc). Un conjunto de datos emitidos por perspectivas múltiples y extranjeras los unos y los otros indican que la contaminación intrauterina representa el aspecto mas preocupante de los efectos de este tipo de contaminación sobre la salud humana. Las advertencias han venido de investigadores que querían al origen evaluar los efectos a largo término sobre el desarrollo psicomotriz e intelectual de la contaminación de la leche humana y quienes de hecho se dieron cuenta que era la contaminación intra uterina la que importaba. Han venido de dentistas que evaluaron lo que ha sido el grado de contaminación intra uterina producida por los policlorados examinando los molares de los niños. Han venido de aquellos que han revelado que el sistema genital masculino de la especie Homo está en peligro (baja tasa de espermatozoides, número creciente de chicos teniendo anomalías de pene o de testículos no descendidos, aumento del número de cáncer de testículo). Han venido indirectamente por medio de datos demográficos revelando que al nacimiento, el número de muchachos tiende a disminuir. Esto se explica por el hecho que cada vez más los fetos masculinos son eliminados por abortos naturales. Un enorme estudio japonés reveló que en 1966, entre la 12 y 15 semana de gestación, 2,54 fetos niños se perdían por un feto niña; en 1976, eran 3,1 por uno, en 1986 6,17 por uno y en 1996 10,01 por uno!. Solo la contaminación intra uterina puede explicar este fenómeno. No hay tema más preocupante que este para aquellos que se interesen en la salud de las generaciones a nacer.


Respuestas para nuestros tiempos
Es habitual de subrayar que no se resolverá la crisis ecológica sin cambiar las estructuras sociales y políticas, sin reorientar la investigación científica, sin desarrollar tecnologías apropiadas, sin transformar los intercambios comerciales y los principios de la economía y sin introducir nuevos sistemas filosóficos. No es habitual, por el contrario, de sugerir que la solución del conflicto entre la humanidad y el Planeta Tierra implica en primer lugar una transformación del Homo – un tipo de mutación genética iniciada por la necesidad, la razón y el conocimiento científico.

Si el planeta queda habitable- una hipótesis que no hace falta descartar – esto implica que el Homo Superpredador habrá finalmente sido reemplazado por el Homo Ecologicus. El Homo Ecologicus se caracterizará por su tendencia a unificar, por su capacidad a desarrollar una toma de consciencia planetaria y por un profundo respeto por la Madre Tierra.

Finalmente, la solución a todos los problemas urgentes a los cuales la humanidad debe enfrentar exige en primer lugar el desarrollo de los diferentes aspectos de la capacidad de amar, lo que incluye un sentimiento de compasión por las generaciones que no han sido aún concebidas. Es la razón por la cuál la “Cientificación del amor” debe ser considerada como un aspecto esencial de la revolución científica. Una acumulación de datos que da una nueva luz sobre la cadena de sucesos implicados en el desarrollo de la capacidad de amar: el período que rodea al nacimiento representa el eslabón crítico sobre el cuál es posible tratar. La prioridad es de cuestionar la manera de nacer de los bebés humanos de manera que se perturbe lo menos posible el primer contacto entre madre y recién nacido.

Estas consideraciones se sitúan en un contexto que conviene de precisar. En lo que concierne al nacimiento de bebés humanos estamos en una situación sin precedentes.

En efecto todas las sociedades humanas conocidas han siempre más o menos perturbado los procesos fisiológicos, sin embargo, hasta una época reciente, una mujer no podía tener bebés sin segregar un cóctel complejo de hormonas de amor.
Hoy en día por la primera vez en la historia de la humanidad, la mayor parte de mujeres, en casi todos los países industrializados, llegan a ser madres sin impregnarse de estas hormonas. Las mujeres que dan a luz por vía vaginal pueden contar con sustitutos de las hormonas naturales que no son las hormonas de amor (perfusión de oxitocina sintética, peridurales que sustituyen a las segregación de endorfinas, etc.). Otras dan a luz por cesárea. ¿Cual es el futuro de una civilización nacida en tales condiciones? ¿Podrá sobrevivir la humanidad a la obstétrica?.


Los Obstáculos

El obstáculo más importante para el cuestionamiento de las condiciones de nacimiento es una profunda incomprensión, a la escala cultural de la fisiología del parto. Es fácil explicar esta incomprensión. Durante miles de años, todos los grupos humanos han transmitido de generación en generación maneras más o menos sutiles de interferir con los procesos fisiológicos. La socialización de nacimiento estaba a la par con la ventaja que representaba el desarrollo del potencial humano de agresividad, es decir el control de la capacidad de amar.
Esta incomprensión ha sido paradójicamente mantenida por las diferentes escuelas de psicoprofilaxis obstétrica que emergieron en medio del siglo XX. 

La psicoprofilaxis rusa, introducida en los países occidentales por Lamaze, se apoyaba al origen sobre los conceptos de reflejos condicionales desarrollados por Pavlov. Los investigadores rusos habían comprendido que, durante el parto, todas las inhibiciones tienen por orígen esta parte del cerebro tan desarrollado en los humanos que es el neocortex. Pero ellos no comprendieron, en aquella época, que hay un mecanismo fisiológico de protección contra la actividad del cerebro del intelecto: es la puesta en reposo del neocortex y por lo tanto la reducción de su control sobre las estructuras más antiguas, de los cuales el rol es de segregar las hormonas necesarias para las contracciones uterinas eficaces. En lugar de proteger a las mujeres en trabajo contra todo tipo de estimulación neocortical inútiles, su estrategia de reacondicionamiento frecuentemente a tenido por el contrario un efecto de reforzar la actividad del neocortex de las mujeres en trabajo.

Actividadesa habitualmente involuntarias, tales como la respiración, han llegado a ser actividades controladas. Los adeptos de la psicoprofilaxis no han conocido las posiciones y los ruidos más imprevistos que caracterizan a ciertas mujeres en trabajo cuando ellas están “sobre otro planeta”.

En los Estados Unidos, el “método Lamaze” se integro fácilmente a una actitud intervensionista. Esto fue el origen de un vocabulario nuevo que a transmitido una profunda incomprensión del proceso fisiológico.

De este modo las mujeres en trabajo tuvieron la necesidad de “un entrenador”.
En la misma época, el punto de vista de Grantly Dick-Read, en Inglaterra, se apoyaba en las observaciones de un médico experimentado. Read no hacía referencia al neocortex, pero el da una perfecta descripción, con el lenguaje de la época, de efectos de la reducción del control neocortical durante el parto. Para este excelente observador, era evidente que el temor es la causa habitual de los partos largos, difíciles y dolorosos. Según sus teorías, el temor es el origen de tensiones musculares que son ellas mismas la causa del dolor en el parto. En el contexto científico de la primera mitad del siglo XX, el no podía interpretar las relaciones de causa efecto entre el temor, tensión muscular y parto difícil. El no estaba en la medida entonces de explicar que la adrenalina inhibe el parto interfiriendo con la segregación y acción de la oxitocina. El no podía saber que la tensión muscular es un efecto asociado de la segregación de adrenallina. Grantly Dick-Read recordaba que no hay ejemplos de procesos fisiológicos que sean dolorosos y sacaba la conclusión que el parto no debería ser doloroso.

Desde el descubrimiento de las endorfinas, las preguntas se hacen de forma diferente. Hace falta aceptar hoy en día a la vez el concepto de dolor fisiológico y también el concepto de sistema fisiológico de protección contra el dolor.


Esperanza y optimismo:
Del conocimiento a la toma de conciencia
Cuales quieran que sean las dificultades y los obstáculos, la “cientificación de amor” ofrece hoy en día razones de esperar. El conocimiento científico tiene el poder de inducir las necesarias tomas de conciencia. El suceso del “Homo Ecologicus” no es utópico. La humanidad dispone de las llaves necesarias para inventar nuevas estrategias de sobrevivencia.

Fuente: Michel Odent: “L`amour scientifié”, Les Mécanismes de l`amour
Editions Jouvence, Aôut 2001, Traducido por la autora de este blog

1 comentario:

Anónimo dijo...

felicidades por el blog, tienes articulos muy interesantes.

saludos